
Caminar sobre la lluvia
Le gustaba caminar, lo disfrutaba, cuando llovía no le resultaba tan grato.
Le gustaba caminar, lo disfrutaba, cuando llovía no le resultaba tan grato.
El caer de la lluvia se escuchó. Sara se asomó a una de las ventanas de su casa. Observó que aún llovía. Recordó que tenía pendiente comprar la despensa de la casa; ella se había propuesto a hacerlo en esa semana. Normalmente se solía organizar con Raúl, su esposo, para alternarse en las compras en cada quincena. –De haber sabido que tocaría lluvia en esta semana le cambio el turno a Raúl. Ahora estamos a mitad de semana y ya quedan pocas cosas en la despensa. Voy a salir, con todo y lluvia –señaló para sí. Se preparó no solo […]
Era alrededor de las 8:40 de la mañana cuando se escuchó movimiento en la cocina de la casa, Julieta se asomó, era su papá que estaba revisando qué les prepararía para el desayuno.
¿Han escuchado este canto? Es bastante potente, se genera también como una especie de eco que se convierte en una melodía que, sin duda, arrulla en la noche.
Alcanzó a percibir el aroma de sus flores, sobresalía el de un pequeño rosal que le había obsequiado su tía Inés. Observó las flores que había en sus maceteras, todas eran bellas.
El jardín en la casa era un lugar no solo bonito sino que ahí se hacía presente la vida.
¡Ya entendí compañera! Es una obra con doce relatos, que tiene como eje central a la castilla, que cuestiona sobre esta resignificación del castellano que muchas veces se desprecia, se excluye y se considera inferior a quienes lo hablan.
El paisaje de ese día era algo distinto, el sol no se apreciaba, ni las montañas.
Antes de abrir la tienda, tenía como su ritual de la mañana ir a regar sus maceteras y los árboles que tenía en el patio.